viernes, 18 de abril de 2008

El suelo cemento

Obtenido de Autosuficiencia.

El suelo cemento no es otra cosa que tierra apisonada a la que se le ha agregado una pequeña cantidad de cemento, alrededor del 10%. El cemento le aporta a la tierra un aumento de su resistencia y una reducción de la contracción.







El suelo cemento no es otra cosa que tierra apisonada a la que se le ha agregado una pequeña cantidad de cemento, alrededor del 10%. El cemento le aporta a la tierra un aumento de su resistencia y una reducción de la contracción.

Según como se mire, al suelo cemento se lo puede considerar como una tierra apisonada resistente o como un hormigón débil. En los ’40 surge un gran interés por esta técnica constructiva, en especial a partir de las viviendas construidas en Lawrence, Kansas, en 1942. Algunos de estos edificios se levantaron con muros compactos o con bloques fabricados a mano o con unas sencillas máquinas de autoconstrucción. Ese mismo año la Portland Cement Association (PCA) realizó un profundo estudio de los usos y propiedades del suelo cemento. Este trabajo es todo un clásico en la materia y sigue siendo uno de los mejores materiales de consulta.

La PCA buscó determinar cuál era la mejor proporción de cemento para preparar las mezclas y cómo resolver los distintos problemas que podrían presentarse. De los miles de experimentos realizados para comprobar la resistencia del material terminado y una media docena de propiedades físicas del suelo cemento, es particularmente interesante la relativa al aislamiento térmico. La PCA descubrió que Una pared de 20 cm de espesor de suelo cemento equivale a una pared de ladrillos de 30 cm de espesor. Sin embargo, hacer muros más gruesos no es el camino para aumentar el aislamiento térmico en zonas muy frías, ya que el valor aislante decrece a medida que aumenta la densidad de la tierra apisonada. Lo mejor en este caso es construir muros con paredes dobles dejando una cámara de aire en el centro.

La tierra aunque no posee una gran capacidad de aislamiento tiene una característica interesante: El calor no pasa por los muros de tierra con tanta rapidez como lo hace con otros materiales de construcción de uso común. Esto da como resultado que la casa se mantiene notablemente fresca durante el día. Lógicamente, los muros también tardarán más en enfriarse durante la noche. Pero a los moradores de la casa esto parece afectarle menos que tener que soportar altas temperaturas durante el día. Esta inercia térmica puede contrarrestarse si la casa tiene ventanas enfrentadas que permitan una buena circulación del aire más fresco de la noche. Por otra parte, en los climas donde hay una drástica diferencia de temperatura entre el día y la noche, el problema no existe, tan como puede comprobarse en las casas de tierra en la ciudad de Shibam (Yemen), en Egipto o Nuevo México.

El Instituto del Cemento Portland Argentino tiene una serie de recomendaciones de lectura obligada para quienes quieran trabajar con este material. Es importante saber que el suelo cemento tiene baja resistencia a la flexión, a la tracción y el corte en seco por lo que no debe ser sometida a cargas excéntricas como las que se presentan en el apoyo de dinteles pesados. Por eso, para las aberturas se aconseja la construcción de dinteles de hormigón armado.

El suelo cemento es resistente a la humedad, y por lo general bastará una lechada de cemento portland como terminación de las paredes para conferirle una considerable protección. En zonas más inclementes será necesario un revoque exterior y un alero con suficiente vuelo para evitar una excesiva exposición a las lluvias. El peso del suelo cemento varía, de acuerdo al tipo de tierra entre 1500 y 2000 kg por metro cúbico.

Composición de la mezcla

La combinación ideal es:
70-80% de arena
20 a 30% de limo
5 a 10% de arcilla.


Los suelos arenosos requieren agregar más cemento y a los arcillosos hay que agregarle arena. Los suelos limosos con un 50 % de arena se estabilizan con un 10% de cemento.

La humedad debe ser similar a la que tenía el suelo antes de ser excavado, entre el 8 y 16%. Una forma práctica de comprobarlo es apretar una porción de material en la mano. Debe cohesionarse sin ensuciar la palma de la mano y se puede partir en dos.

Selección y preparación de la tierra

Los ensayos y la selección de la tierra para preparar suelo cemento es la misma que para otras tierras apisonadas simples, pero se debe tener especial cuidado de que la tierra esté bien pulverizada para que se ponga en contacto con el cemento. De lo contrario, quedarán terrones sin mezclar debilitando la construcción o que se lavarán con las lluvias de encontrarse en la parte externa del muro.

Los terrones se pueden romper con medios mecánicos simples como un rastrillo de huerta, o mecánicos como una rastra a disco. Si el resultado no fuera completo se puede pasar la tierra por una zaranda con malla de 18 milímetros de paso.

Para mezclar lo mejor es una hormigonera, sino hay un procedimiento muy simple: se calculan las proporciones de tierra y cemento, se colocan en seco en una sola pila y con una pala se va extrayendo el material armando una nueva pila. Se repite hasta que el cemento le otorgue a la mezcla un color uniforme.

En cuanto al porcentaje de cemento puede oscilar entre el 6 y 10 % del volumen total de la mezcla compactada (ver más adelante mezclado del suelo cemento). Se aconseja por razones de economía, seguridad y experiencia, preparar algunos bloques para realizar ensayos de resistencia con cemento al 6, 8 y 10%. Los bloques pueden tener un tamaño de 15 X 30 X 35 cm. Sólo a los efectos del ensayo, se somete los bloques a un curado húmedo (cubiertos con una arpillera mojada) durante una semana, descubiertos a la sombra durante 15 días y a pleno sol por otra semana. Durante todo este tiempo hay que proteger los bloques de la lluvia para que los resultados del ensayo puedan ser comparables con otros.

Finalizada esta etapa viene la prueba propiamente dicha. Para ello se sumergen en agua los bloques unas tres horas y se dejan secar un poco. Se comienza a ensayar con el bloque con 6% de cemento. Primero se observa si se han producido rajaduras o descortezamientos importantes en el bloque (si fuera así queda descartado). Luego, se golpea el bloque con pica hielo de punta afilada (no tiene que penetrar más de 6 mm. Por último, se rompe el bloque por la mitad. Si se disgrega el bloque no es apto. Si el bloque no pasa la prueba se continua con el siguiente hasta encontrar un resultado satisfactorio.

Mezclado del suelo cemento

La proporción de cemento mide con relación al volumen total de los muros terminados (en fresco), y no según el volumen de la tierra suelta. Para cumplir con este requerimiento y facilitar el trabajo de medición, se calcula que cantidad de tierra se necesita, por ejemplo, para preparar un metro cúbico de material; esto determinará las proporciones futuras. Dado que el cemento ocupa una pequeña parte del total no se tendrá en cuenta. Supongamos que se necesitan 30 medidas de tierra para que una vez mezclada con el agua y apisonada dé cómo resultado un material como para llenar un recipiente del tamaño de un cajón de frutas. Se cuentan cuantas medidas se pueden llenar con el material terminado. Supongamos para redondear que fueran 25 medidas, para fabricar suelo cemento con el 10% de cemento se requerirán 2 ½ medidas de cemento por cada 30 de tierra suelta. De aquí en más esta será la proporción que se empleará (en el caso de cemento al 10%).

La preparación de la mezcla para levantar las paredes se hará con una hormigonera o traspasando de una pila de componente a otra, tal como se explicó antes. Conviene preparar sólo lo que se va a apisonar para no desperdiciar material. Si hubiera una demora se puede posponer un poco el fraguado moviendo la mezcla – ya húmeda- con la pala, pero si la demora fuera de algunas horas, el cemento pierde efectividad, por lo que habrá que volverle a ponerle nuevamente cemento en la misma proporción elegida.

Apisonado y curado de los muros

Los muros de suelo cemento se apisonan de la misma forma que los de tierra simple, pero deben mantenerse húmedos por lo menos una semana, ya que, al igual que el hormigón, requieren no estar completamente secos antes de que complete su curado para evitar que un secado rápido produzca resquebrajadura o desmoronamientos a causa de la contracción. Para ello se moja dos o más veces por día (según la temperatura) con una manguera con un aspersor de lluvia fina. Como es poco probable terminar un muro en un día, cuando se continúa el trabajo sobre una sección incompleta debe mojarse su superficie y rasparla con rastrillo o garra de jardinería para romper la capa seca.



1 comentario:

halman dijo...

La construcción natural avanza cada vez más, creo que vamos a una construcción amigable con el medio ambiente. Yo tengo varios galpones en alquiler y ya comencé a usar algunas téecnicas.